Turín, 1938. Para Ginia, quien acaba de mudarse a la ciudad desde el campo, el futuro parece ofrecer infinitas posibilidades. Como todas las chicas de su edad desea enamorarse, y encuentra así a un joven pintor. Amelia, mucho más grande que ella, sensual y provocativa, la guía en el descubrimiento de los círculos artísticos de la vida bohemia de Turín. Amelia es diferente de todas las personas que Ginia ha conocido en su vida, y está dispuesta a desmontar todas sus convicciones. Dividida entre el sentido del deber y la atracción de un deseo que la confunde, Ginia es arrastrada por un torbellino de emociones a las que no se atreve a poner nombre. Durante su "lindo verano", se rinde finalmente a sus sentimientos, enfrentando con coraje el hecho de ser ella misma.